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Cuaderno de Filosofía

LA FILOSOFIA EN ROMA.

TOMAS DE AQUINO

  Fue un pensador de la filosofía cristiana como la escolástica, lo que el hacia era plantearse primero el problema, después se daba cuenta de las dificultades que surgirían para resolverlo, siguiendo después presentando opiniones diferentes y para concluir demostraba su propia teoría.

 

 

  Lo que el buscaba en realidad era la relación que existía entre la razón y la fe.

En base a esto Tomás  trabajaba en dos direcciones:

1.-Defendía el contenido de la fe rechazando objeciones, demostrando la posibilidad de dichos contenidos.

2.-Buscaba analogías entre lo natural y lo sobrenatural esclareciendo la fe.”Por eso las contradicciones entre razón y fe no son mas que apariencias”.

 

San Agustín

 

Nació en Tagaste (África) el año 354, hijo de Santa Mónica; después de una juventud desviada doctrinal y moralmente, se convirtió, estando en Milán y el año 387 fue bautizado por el obispo San Ambrosio. Vuelto a su patria, llevó una vida dedicada al ascetismo, y fue elegido obispo de Hipona. Durante treinta y cuatro años, en que ejerció este ministerio, fue un modelo para su grey, a la que dio una sólida formación por medio de sus sermones y de sus numerosos escritos, con los que contribuyó en gran manera a una mayor profundización de la fe cristiana contra los errores doctrinales de su tiempo. Está entre los Padres mas influyentes del Occidente y sus escritos son de gran actualidad. Murió el año 430. Sus restos mortales se veneran en la Basílica de San Pedro (Pavia, Italia)

 

La Filosofia Romana

Lo cierto es que entre los romanos estaban muy difundidas las ideas del estoicismo, el epicureísmo y de los académicos. De hecho, muchos pensadores de este período eran más bien eclécticos. En este sentido, el caso paradigmático es Cicerón.

Estoicos (nueva o tardía Estoa): Séneca|Marco Aurelio|Epicteto|Cicerón

Epicúreos: Lucrecio

Académicos: Cicerón|Boecio

BOECIO

Provenía de una antigua familia romana, los Anicia, cristianizada hace más de un siglo, que dio dos emperadores y un Papa. Fue hijo de Flavio Manlio Boecio. Empezó estudios de retórica y filosofía, conocimientos que amplió en Atenas. Se casó con Rusticiana, hija del senador Símaco (senador y cónsul en el año 485).

En 510 fue cónsul ordinarius (el cónsul que da nombre al año) en solitario. En 522 o 523 él mismo fue nombrado magister officiorum, cargo equivalente a lo que podría llamarse un primer ministro, del rey ostrogodo Teodorico el Grande. En 522 nombró cónsules a sus dos hijos, Flavio Símaco y Flavio Boecio.

La acumulación de tanto poder despertó los celos del partido filogótico, por lo que fue acusado de conspirar a favor del Imperio Bizantino por el referendarius Cipriano, miembro de ese partido. Fue encarcelado, torturado y decapitado en Ager Calventienus, al norte de Pavía, «injustamente», según él mismo, por haber intentado proteger al Senado. La ciudad de Pavía le reconoce y celebra en la liturgia como mártir en la fe.

León XIII aprobó su culto para diócesis de Pavía el 25 de diciembre de 1883.

Obra

Con el propósito de unificar ambas escuelas filosóficas, se propuso traducir al latín las obras de Aristóteles y de Platón, pero no concluyó su proyecto: sólo se conservan su traducción de las Categorías y del Peri hermeneias de Aristóteles y de la Isagoge de Porfirio. Étienne Gilson afirma que Boecio fue, para la escolástica medieval, por sus traducciones, comentarios y escritos, la principal autoridad en Lógica de la Edad Media hasta que en el siglo XIII fue traducido al latín y comentado directamente el Organon completo de Aristóteles. En su obra principal realiza la distinción, que luego sería central para la Escolástica, entre id quod est (todo el ente) y quo est o esse (aquello que hace que el ente sea).

EPICUREÍSMO.

Los epicúreos se planteaban fundamentalmente la búsqueda de la felicidad. No admitían la intervención de la divinidad en los aconteceres humanos y defendían una inhibición ante los asuntos del Estado, así como una crítica de las tradiciones. Precisamente esa defensa del apoliticismo fue lo que impidió que el Epicureísmo arraigase en Roma, a excepción de Lucrecio.

Lucrecio se proponía liberar a la humanidad del miedo a la muerte y a los dioses, en su opinión las principales causas de la infelicidad humana. En sus obras busca más una finalidad instructiva y didáctica que literaria. Su representación del universo como un conjunto fortuito de átomos que se movían en el vacío, su insistencia en el hecho de que el alma no es una entidad distinta e inmaterial, sino una aleatoria combinación de átomos que no sobrevive al cuerpo. ESTOICISMO.

Esta doctrina filosófica, para la que el Universo está animado por una llama divina, el "Logos" o Mente, de la que tiene parte todo ser humano, y que cree que la finalidad de la vida, la felicidad, consiste en la Virtud, es decir, en la conformidad de la acción humana con las leyes de la naturaleza, que no son más que el orden divinamente impuesto al mundo, y que predica la sociabilidad natural del hombre, tuvo en Roma muchos adeptos. Hay que destacar dos importantes épocas del desarrollo del Estoicismo en Roma.

Marco Terencio Varrón. (116-27 a. C.).

Fue un autor polifacético que cultivó multitud de géneros literarios. En su ideario filosófico reconocía la existencia de un dios único, alma del mundo, que gobierna según la razón. Admitía que la felicidad se alcanza cuando el hombre se realiza en su totalidad y que la vida era una mezcla hecha tanto de placer como de acción.

Marco Tulio Cicerón. (106-43 a. C.)

Datos biográficos. Nació en Arpino en el seno de una familia acomodada pero que no tenía antecedentes en el desempeño de magistraturas políticas. Recibió una esmerada formación en Roma y la completó en Atenas y Rodas. Desempeñó todas las magistraturas políticas y durante su consulado en el año 63 descubrió la Conjura de Catilina, a la que puso fin consiguiendo la condena a muerte de los implicados, este hecho lo encumbró hasta tal punto que se le concedió el honroso título de pater patriae; pero unos años después, al llegar su rival político Clodio al tribunado de la plebe, Cicerón fue desterrado de Roma y sus bienes fueron confiscados. Con el favor de Pompeyo y de otros personajes influyentes, le fue levantado el destierro, volvió a Roma en olor de multitudes y se le restituyeron sus bienes, pero ya su estrella política había empezado a declinar. En la guerra civil entre César y Pompeyo estuvo de parte de éste, el vencedor César lo perdonó como a otros muchos, pero Cicerón, desilusionado por los acontecimientos políticos y abatido por las vicisitudes en el plano personal (divorcio de su esposa Terencia después de más de 25 años de matrimonio, nuevo matrimonio con la joven Publilia con la que parece que no consiguió vivir en armonía, muerte de su querida hija Tulia y nuevo divorcio de Publilia), se retiró de la escena política, para reaparecer, fugazmente, tras el asesinato de César y enfrentarse abiertamente a Marco Antonio, lo cual hizo que éste lo pusiera en las listas de proscritos y que fuese vilmente asesinado a finales del año 43 a. C.

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